«Cacereño de nacimiento, extraterrestre de corazón». Así se define el joven ilustrador Francisco Iglesias, estudiante de la Escuela Superior de Dibujo profesional de Madrid y amante de un arte sin muchas oportunidades en España y aún menos en Extremadura.
-¿Qué le enseñan en su escuela?
-No se trata sólo de aprender a pintar, sino que nos enseñan a contar historias visuales, como storyboard para anuncios y películas, el diseño de los escenarios y lo que es el mundo de la producción en todos los sentidos.
-¿Prima lo artístico sobre la producción?
-Nos enseñan a verlo más como un trabajo que como un arte. El artista vende lo que pinta, el dibujante pinta lo que vende. Yo no voy a trabajar en una galería, a lo que aspiro es a formar parte de un equipo creativo donde impera lo visual, pero lo artístico va de la mano.
-¿Qué trabajos ha realizado hasta ahora?
-He diseñado fondos para un corto de animación en acrílico y óleo que aún no están terminados, diseños de personajes para empresas privadas y otros trabajos esporádicos.
-¿Cómo ve el panorama de la ilustración?
-En España el cómic y el dibujo están vistos todavía como algo muy infantil, cuando es un medio de comunicación tan bueno como el cine o la televisión y con la misma calidad de futuro que estos dos medios.
-¿Y en Cáceres?
-Aquí sólo tenemos a Pedro Camello, el rey del cómic cacereño, una persona que conozco y que me ha enseñado a ver que se puede vivir de esto.